En una liturgia llena de júbilo, Julio Ordóñez, ex becado de AEH, recibió la ordenación sacerdotal junto a otros seis diáconos, de manos de Monseñor Gonzalo de Villa y Vásquez S.J., Arzobispo Metropolitano de Santiago de Guatemala. Créditos de fotografías: Televisión Arquidiocesana La ceremonia se realizó en la Catedral Metropolitana el 22 de octubre de 2022, día en que se celebra la memoria de San Juan Pablo II. De este gran santo, hizo varias referencias Monseñor de Villa en la homilía, subrayando características que hacen magnánima la vocación sacerdotal. El sermón que pronunció el Arzobispo, fue especialmente entrañable. En este animó a los nuevos sacerdotes para que su gran aspiración fuera "tener sed de Cristo" y a ser sacerdotes a la altura de los tiempos actuales. Además, Monseñor de Villa subrayó la magnitud del don de Dios, gracia que lleva a cada sacerdote a ser emisario y ministro. Ese don del que se beneficia y enriquece a toda la iglesia. Monseñor de Villa recordó cómo San Juan Pablo decía que “el sacerdote está en contacto con la santidad de Dios, pero, a la vez, vive todos los días el descenso de esa santidad hacia el hombre. Bendito el que vien en el nombre del Señor”. La oración propia de la liturgia de ordenación es especialmente bella y esperanzadora. Durante la unción de manos, los nuevos sacerdotes escucharon estas palabras: "Jesucristo el Señor, a quien el Padre ungió con la fuerza del Espíritu Santo, te auxilie para santificar al pueblo cristiano y para ofrecer a Dios el sacrificio". Anteriormente, cuando recibió la ordenación diaconal, el padre Julio expresó: “quiero darle gracias a Dios por haberse fijado en mí y haberme llamado a servir, (…) por cuidarme en cada etapa de mi vida y permitirme llegar a este día”. Sin duda, ahora que recibió el sacramento, el agradecimiento fue aún mayor y su espíritu -como el de todos los asistentes a la ceremonia-, se inundó de fervor y amor de Dios. Además de su familia y amigos, durante la ceremonia de ordenación, acompañaron a Julio dos seminaristas que convivieron con él en el Seminario Internacional Bidasoa en España. La ordenación de Julio llena de una gran alegría a quienes trabajan en AEH, porque contar con la guía de un nuevo pastor significa mucho para la iglesia. Sin duda, cada vocación es un milagro y la ordenación de un nuevo sacerdote es un recordatorio de las palabras de Jesucristo: “Yo estaré con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo”. Para ver la ordenación sacerdotal, puede acceder a esta publicación de TV Arquidiocesana.
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