En el 2021, un promedio de 120 jóvenes están cursando la etapa discipular del Seminario Mayor de la Asunción. En el equipo de formadores trabajan arduamente los sacerdotes José David Sac y Elmar Torres Tzarax, quienes son originarios de la diócesis de Los Altos Quetzaltenango - Totonicapán. Ambos estudiaron en la Pontificia Universidad de la Santa Cruz (PUSC) en Roma, gracias al apoyo de la AEH. Los entrevistamos para conocer más sobre su experiencia y labor pastoral, y esto fue lo que nos compartieron. La conversación sobre sus experiencias y retos de la labor formativa nos hizo recordar las palabras del Papa Francisco sobre que el seminario es un lugar de crecimiento: Es una casa de oración en la que la fe se cultiva corazón a corazón con Jesús Así como todo maestro necesita una educación constante para influir en la vida de sus estudiantes; así un sacerdote necesita una formación monumental en cuatro dimensiones clave: humana, espiritual, intelectual y pastoral. El padre José David Sac, quien cursó una licenciatura en Teología Litúrgica y trabaja actualmente en la etapa discipular, subraya uno de los elementos esenciales en este camino: “La formación nos ayuda a acercarnos al misterio de Dios”. Padre José David Es una casa de estudio para una misión común El Vaticano pidió a cada país adaptar la Ratio Fundamentalis a la realidad nacional. El padre Elmar dedica su trabajo a alcanzar este objetivo. Por eso ha revisado y reorganizado el pénsum de estudios para la etapa discipular del seminario mayor. Su esfuerzo también se dirige a buscar a los profesores idóneos para los seminaristas, pues es claro que repercuten en la formación. La experiencia de aprendizaje en Roma le “dio las bases para estructurar y saber por dónde orientar los estudios que se necesitan en un seminario. Esta educación influye para mostrar la alegría de la vida sacerdotal". Imágenes de la vida en la etapa discipular del Seminario Mayor de la Asunción y de la labor pastoral. Es una casa de formación en donde la caridad va de la mano con la fraternidad Para ambos sacerdotes, convivir con pastores de todo el mundo durante su estancia en Roma, fue una experiencia profunda que les abrió horizontes sobre la fraternidad y cuánto es vital en la experiencia sacerdotal. El padre Elmar considera que "experimentar la vida fraterna en Roma, me hizo tener esperanza que es posible cultivar la vida comunitaria de los jóvenes en el seminario y que ellos lo vean como un aspecto en el camino sacerdotal". Los seminaristas son jóvenes como otros y es común que hayan enfrentado situaciones diversas como realidades secularizadas, poco apoyo de los padres, desintegración familiar o situaciones complejas; por lo que de acuerdo con el padre Elmar, el acompañamiento es fundamental. Padre Elmar Torres. "Donantes: ustedes son el pilar de la Iglesia" Ambos pastores bendicen la generosidad de quienes apoyan a la AEH, pues afirman que sostienen a la iglesia y la hacen crecer gracias a su aporte para que más seminaristas y sacerdotes se formen. Los comentarios están cerrados.
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